Buenos Aires creció alrededor de la Plaza de Mayo. Fueron las manzanas de la parroquia Catedral Sur, luego denominada barrio Monserrat, el lugar que eligieron para vivir quienes tuvieron actuación pública. En este sector también se encontraban los templos y conventos de San Francisco, San Ignacio y Santo Domingo, polos de gravitación en la población por su significado y actividades, que contribuyeron a la relevancia histórica del lugar.
En 1979, a instancias del Museo de la Ciudad y junto con el Consejo de Planificación Urbana, se creó la Zona Histórica de la Ciudad, hoy Areas de Protección Histórica (APH). De esta manera se salvaron de la destrucción y preservaron los antiguos barrios de Catedral al Sur, San Telmo, Monserrat y parte de la Concepción, como el carácter de las distintas épocas en que fueron construidos y las vivencias de sus habitantes.
En esta Zona se encuentra el Museo de la Ciudad, la Plaza de Mayo, la Casa Rosada, el Cabildo, la Catedral y la Avenida de Mayo, representativa del desarrollo urbano de fines del siglo XIX.