La historia de esta casona, se inicia en 1871 cuando, la familia Jacobé, adquiere la propiedad para trasladarse ya que estaban huyendo de la epidemia de fiebre amarilla que azotaba a Buenos Aires. Por la devoción religiosa de la familia Jacobé construyeron en el predio una capilla, bajo la advocación de Nuestra Señora de Todas las Gracias, y aún se conserva la cripta donde fueron enterrados tanto Martín como Elvira Jacobé, tras la obtención de un permiso papal. Esta magnífica propiedad, fue loteada y la finca declarada Monumento Histórico Municipal. En el año 1996, el Municipio compró la casona, con el fin de levantar el Museo de la Ciudad de San Fernando. El mismo fue inaugurado en 2005, con motivo del Bicentenario de la ciudad y con el objetivo de contribuir al desarrollo de la comunidad local y de mantener viva la historia mediante la recopilación de testimonios del pasado para asi lograr un museo abierto, participativo, educativo y dinámico. Este año, el museo pasaría a convertirse en el "Museo de la Naútica"