Siga el corso. Ése fue el tango que Ricardo "Chiqui" Pereyra cantó en "Grandes valores del tango". Y esa fue la puerta de entrada a la historia del tango.
En aquel entonces, sorprendió por la claridad de su voz y por el registro bajo, algo poco frecuente en el género. "Me encantan los tangos dulces, como Fruta amarga. Pero con esta voz no tengo otra opción: debo cantar tangos orilleros. Tengo un registro de malevaje y trasnoche", manifestó Pereyra, que se presentó por tercera vez consecutiva en el Espacio Clarín.
Pereyra conoció la popularidad gracias a su talento, pero también al apoyo de la televisión en el inicio de su carrera. El cantante lamenta que la música del Río de la Plata no tenga la difusión que se merece en los grandes medios.
"En el verano, el tango pierde en los grandes festivales. Antes participábamos en Cosquín pero ya no nos invitan. ¿Sabés lo que ocurre? No es una música para hacer palmas. ¿Vos te imaginás a alguien haciendo palmas mientras canto El día que me quieras? Sería una ridiculez", manifestó el cantor, nacido en General Roca (Río Negro).
Según el músico, esa situación provoca el éxodo de muchos artistas del tango, que encuentran un lugar en otras latitudes. "La falta de difusión le impide desarrollarse a mucha gente, que se tiene que ir. Hay algún reality, que muestra a un cantor de tango, pero son cosas espasmódicas. ¿Qué ocurre después que termina el programa de televisión? Volvés a tu barrio y cantás en los mismos lugares", finalizó el hombre de registro bajo y tangos orilleros.
Fuente: Clarín